Virgen de Begoña

La imagen de Nuestra Señora es una pequeña escultura gótica, probablemente de finales del siglo XIII o principios del XIV. La virgen ocupa su trono con el niño sentado en las rodillas y está cubierta de ricos ropajes y adornada de joyas.

 

La leyenda dice que la virgen se apareció en la oquedad de una encina, en el monte Artagan. Según otra leyenda, la encontró un pastor sobre un espino. Erigieron allí una minúscula ermita, pero cuando más tarde quisieron buscar un lugar más propicio para la veneración y la fueron a trasladar de sitio, la imagen de la Virgen se arraigó al suelo, mientras una voz pronunciaba las palabras "Begoña" que significa "Quieto el pie".